lunes, 8 de septiembre de 2008

No del todo escéptico

   Si existiese alguien completamente escéptico, esa persona no tendría motivo alguno para actuar en ninguna circunstancia. ¿Cómo podría saber que su estómago dejará de sonar y de pedirle cuando lo llene con algún alimento? ¿Para qué cultivar nada sin la certeza de que mañana saldrá el sol? ¿Qué sentido tiene esquivar la espada del soldado que te ataca si nada te asegura que su filo puede atravesar tu cuello, ni que - de atravesarlo - esto produciría la muerte o siquiera daño alguno? Si existiese alguien completamente escéptico, no querríamos ser como él.

   Otra cosa diferente es aceptar que el universo es infinitamente grande y complejo. Si no lo hacemos - sea cual sea el tamaño y complejidad que le otorguemos - corremos el gran riesgo, al realizar nuestra estimación, de errar a la baja, de quedarnos cortos. Si lo aceptamos infinito, sólo podremos equivocarnos a la alza, sólo podremos pasarnos. De esta manera, si un día descubrimos nuestro error, será una gran noticia.

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